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Las TIC pueden ser una herramienta para el empoderamiento de las mujeres

Mediante una resolución de las Naciones Unidas, en 1977 se oficializó el Día Internacional de la Mujer con la firma de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing, una hoja de ruta histórica firmada por 189 gobiernos. Sobre el empoderamiento de las mujeres conversamos con la Ing. Ida Holz.
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Desde su primera edición en 1909, la conmemoración del Día internacional de la Mujer ha evolucionado. Los primeros antecedentes incluyeron una marcha autoconvocada de 15 mil mujeres que se manifestaban a favor del sufragio femenino y las reivindicaciones de las obreras textiles que reclamaban una jornada laboral de diez horas. En 1977, mediante una resolución de las Naciones Unidas, se oficializó este día con la firma de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing, una hoja de ruta histórica firmada por 189 gobiernos que estableció la agenda para la materialización de los derechos de las mujeres.

El creciente movimiento internacional de las mujeres, fortalecido por cuatro conferencias mundiales de las Naciones Unidas sobre la mujer, ha contribuido a que su conmemoración ofrezca la oportunidad de incrementar el apoyo a los derechos y la participación de las mujeres en todas las esferas de la sociedad, principalmente en la política y en la economía.

El Día Internacional de la Mujer se consolidó como un momento de reflexión sobre los progresos alcanzados, un llamado al cambio y una celebración de los actos de valor y determinación tomados por mujeres que han tenido un papel extraordinario en la historia de sus países y sus comunidades.

A lo largo de la historia, cada día de la Mujer la consigna está relacionada con las necesidades propias de la época y con las reivindicaciones más urgentes: el derecho al voto, al trabajo digno y al salario igualitario; derechos sexuales, reproductivos y participación política.

Si bien los logros han sido muchos desde las marchas de Rosa de Luxemburgo, aún persisten brechas numerosas y profundas.

La Plataforma de Acción de Beijing se enfoca en 12 esferas de especial preocupación e imagina un mundo en el que todas las mujeres y las niñas puedan ejercer sus opciones, como participar en la política, educarse, obtener un ingreso y vivir en sociedades libres de violencia y discriminación.

Por ello, el tema del Día Internacional de la Mujer de este año es el llamado de la Campaña Beijing+20 de ONU Mujeres: “Empoderando a las Mujeres, Empoderando a la Humanidad: ¡Imagínalo!”

Las TIC y la equidad de género

La palabra “empoderamiento” viene del inglés “empowerment” y significa facultarse, habilitarse, autorizarse. Los movimientos por los derechos civiles y por los derechos humanos, así como los movimientos feministas desde una perspectiva de género, han utilizado esta palabra para explicar que quienes están sometidos a diversas formas de opresión requieren poderes para hacerle frente y que dichos poderes deben interiorizarse y formar parte de su propia subjetividad, de su manera de ser y de existir.

Aplicado a la condición y la situación de las mujeres, el empoderamiento consiste de manera literal en el proceso a través del cual cada mujer se faculta, se habilita y se autoriza.

En nuestra cultura el empoderamiento se concreta en el cambio de las mentalidades colectivas de mujeres y hombres y en los discursos y las prácticas de instituciones sociales, civiles y estatales. El cambio está cifrado en la aprobación y el apoyo al avance legítimo de las mujeres y de sus aspiraciones al desarrollo, al bienestar, a la participación y exigibilidad de derechos y libertades.

Las TIC tienen el potencial de favorecer la equidad de género, por ejemplo, mediante la mejora en el acceso a estas tecnologías por parte de las mujeres, así como mediante la generación de contenidos y de promoción de usos efectivos que sustenten procesos de empoderamiento. Asimismo, tienden a favorecer la equidad de género en la medida en que son utilizadas como instrumentos no neutrales, para llevar a cabo políticas de bienestar educativas, de participación ciudadana, de salud, entre otras.

Las TIC son importantes herramientas para favorecer procesos de desarrollo, aumentar las opciones de participación en la toma de decisiones y ejercer ciudadanías activas. Sin embargo, este potencial solo se logra si se reconocen y atienden todos los elementos que conforman la actual brecha digital de género, tanto en los ámbitos nacionales, como en los espacios de discusión global desde donde se formulan y orientan políticas de TIC, de manera que más mujeres puedan participar y beneficiarse de las oportunidades y desafíos que ofrece la Sociedad del Conocimiento.

Un mundo que avance hacia la igualdad: entrevista con Ida Holz

Ingeniera Ida Holz

Respecto a estos procesos de empoderamiento y destaque de los modelos femeninos, entrevistamos a la ingeniera Ida Holz, pionera en el campo de la computación e Internet en Uruguay, profesora, informática y actualmente miembro del Consejo Directivo Honorario de AGESIC.

Más allá de las singularidades, la historia de vida de Ida es un modelo de empoderamiento femenino. Es la historia de una mujer que forjó su carrera y fue pionera en un ámbito tradicionalmente masculino.

Ida entra en la Facultad de Ingeniería en 1968: “Un profesor del IPA me instó a que participara en un concurso. Me dijo andá vos que tenés cabeza para esas cosas. Era una prueba psicométrica a la que se presentaron 349 personas, de las cuales seleccionaron a 20 para hacer cursos de computación. No estaba segura, pero el día en que se cerraba la inscripción justo estábamos en huelga en el IPA y decidí anotarme. Pasé la prueba, me eligieron”.

Respecto a la inquietud de por qué una mujer elige estudiar ingeniería en los años 60, Ida habla de las personas más influyentes de su vida, quienes la motivaron y apoyaron. Entre ellas, figura su madre, una mujer polaca, que enviudó muy joven, madre de dos hijos e hija de una familia de rabinos que murieron en un campo de concentración nazi. “Quedamos muy pobres. Mi mamá no había estudiado y no sabía español. Tuvo que arreglárselas como pudo para trabajar y criarnos a nosotros. Al venir de una familia de rabinos intelectuales, siempre mantuvo su preocupación de que estudiáramos.

Otra persona influyente en su vida fue su esposo, Anhelo Hernández, quien fue unos de los artistas plásticos más importantes de Uruguay. ”Otro personaje fantástico en mi vida fue mi marido, un artista, que me metió en un mundo muy rico entre la cultura, la música y la ingeniería”. Yo no sé si me enamoré de él a primera vista. Lo que sé es que sentí curiosidad por ese mundo de artistas plásticos que no conocía. No sé si me gustó ese mundo, lo que sé es que me gustaba su compañía. Anhelo era un tipo muy abierto al conocimiento y, aunque en muchas cosas no éramos parecidos, eso me atrajo. Era un tipo muy especial y aún hoy lo siento como mi compañero de vida”.

Cambio de roles

Ida es una mujer que asesoró a varios gobiernos latinoamericanos en materia de desarrollo informático, fue Directora del Servicio Central de Informática de la Universidad de la República y, entre otras distinciones, recibió el Premio a la Trayectoria otorgado por el Registro de Direcciones de Internet para América Latina y el Caribe (LACNIC), fue la primera latinoamericana incluida en el salón de la fama de Internet, recibió el reconocimiento “moña de honor” que anualmente entrega la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y el Centro de Investigación y Experimentación Pedagógica (CIEP). Además, Ida es madre de dos hijos a los que cuidó y educó como tantas otras madres que llegan del trabajo a hacer la comida y arreglar la casa. “En esta cultura, en este país, la mujer trabaja, a veces estudia, cuida los hijos y llega a la casa, limpia y cocina. A mí me pasó, mi marido era divino pero no tocaba la cocina”, dice con humor.

Respecto al rol de la mujer en el mercado laboral, su inserción en los ámbitos políticos y universitarios, Ida reflexiona que los roles han cambiado más rápido que en el ámbito privado: “lo que ha cambiado más lentamente es el comportamiento privado de hombres y mujeres, el comportamiento adentro de las casas, por lo menos en esta parte del mundo”.

Respecto a las relaciones de género con la influencia de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, Ida señaló que las brechas digitales pueden superarse generando así relaciones más igualitarias.

“Una cosa que a mí me emocionó mucho fue el Plan Ceibal, me hizo sentir que vamos hacia un mundo mejor. Ahora los niños con el Plan Ceibal son todos iguales, niños y niñas, ahí probablemente no vas a encontrar ya brecha digital de género porque se están educando justamente en tren de igualdad, con un igual acceso, por eso ese proyecto de equidad es maravilloso. Lo lindo del Ceibal fue, es y seguirá siendo la inclusión social. Estamos logrando que todos los niños vivan una situación a la que no hubieran podido acceder sin este proyecto. Y a mí me gusta que Uruguay cambie en este sentido, me gusta un mundo que avance hacia la igualdad. No sabés cuánto me gusta y cuánto me emociona”.

Ida Holz es una mujer que supo abrirse camino disipando las brechas del género y dejando una huella en cada uno de los proyectos que se propuso. Combinó el amor por su carrera y por su familia, y se convirtió en un modelo de empoderamiento femenino.

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